Cómo ser un experto en jardinería
Si quieres iniciarte en la jardinería, sigue leyendo este artículo y te convertirás en un experto. Cuáles son las plantas más adecuadas para principiantes, cómo realizar el mantenimiento del jardín, cuáles son los fertilizantes naturales… ¡y mucho más!
Lo ideal es empezar con plantas que sean de fácil cuidado y de poco mantenimiento. Las opciones son muchísimas, según su tipo (árboles, arbustos, trepadoras, cactus, herbáceas y bulbosas) y su clase.
Escoge aquellos que se adapten a cualquier tipo de suelo, que sean resistentes a la sequía y a la contaminación y que no sea necesario regarlos constantemente.
Antes de empezar a sembrar, toma en cuenta lo siguiente:
- Conoce el tamaño final de cualquier planta y planifica el espacio que ocupará. Esto te ayudará a evitar competencias futuras y trasplantes.
- No plantes muy cerca de tu casa ni de paredes limitadoras del terreno árboles que se convertirán en gigantes, pues podrían ocasionar un desastre en las construcciones.
- Por lo menos una vez a la semana revisa tu jardín y busca la presencia de insectos o enfermedades. Si estos son detectados a tiempo, podrás tratarlos adecuadamente.
- Procura regar las plantas muy temprano en la mañana. Esto ayudará a reducir la pérdida de agua por evaporación. Además, así, el follaje se secará más rápidamente que si las riegas por la tarde, lo que evitará enfermedades.
- Para que tus uñas no se ensucien cuando trabajas con tierra, antes debes rasguñar un pedazo de jabón.
A continuación, algunos fertilizantes naturales:
- Agua de cocción de vegetales. El agua donde cocinas los vegetales tiene una gran cantidad de nutrientes que ayudarán a tus plantas a crecer sanas y fuertes. Viértela cuando esté fría.
- Cáscaras de huevo. Gracias a su alto contenido de calcio, ayudan a evitar la necrosis o podredumbre apical árboles frutales y rosales.
- Cáscaras de plátano. Aportan potasio para que las flores crezcan más fuertes y combaten enfermedades.
- Cenizas de madera. Estimulan la maduración de las flores.
- La canela, el clavo de olor, la cúrcuma y la mostaza actúan como potentes antioxidantes con propiedades fungicidas y antibacteriales. Rocía alguna de ellas sobre el suelo cuando plantes las semillas.
- Posos (restos) de café. Son excelentes para las plantas acidófilas (arándanos, rosales y azaleas).
- Té de manzanilla. Remoja las semillas durante algunas horas en té frío. Este actuará como fungicida y, además, ayudará a que germinen.